-La periodista hondureña Estela Rovelo es sinónimo de perseverancia. Mujer luchadora que trabaja y se esfuerza por cumplir cada uno de su sueños siendo a la vez madre y padre para sus cuatro vástagos.
Estela Celestina Rovelo Aguilera, es periodista de la fuente judicial de Radio América, a diario cubre con gran responsabilidad demostrando su capacidad y habilidad para desempeñar su labor periodística.
Sin embargo, existe algo detrás de esa voz que utiliza la técnica jurídica en cada reporte de este medio radial. Rovelo es mamá soltera y ha luchado con «uñas y dientes» para darles lo mejor a sus hijos.
La historia detrás de…
Rovelo estudió en su niñez en la Escuela República Argentina, ella y sus hermanos crecieron en uno de los mercados de Comayagüela en un negocio familiar.
«Yo me crecí con padrastro, desgraciadamente para una niña es horrible… recuerdo que mi padrastro (al que no le guardo rencor), todos los días nos pegaba éramos 6 hermanos y todos sufríamos parejo» recordó.
Además explicó que siendo pequeña se levantaba a diario a las 4:00am, utilizaba una hora para hacer ejercicios ya que se dedicó al atletismo en su niñez, y el resto era para dedicarse a los quehaceres de la casa.
«Desde las 5 nos tocaba hacer oficio, en negocio de mami antes había que sacarlo, irlo a traer con trocos como cuatro cuadras de allí donde mi mami vendía en la cuarta calle, séptima avenida de Comayagüela y teníamos que or a traer las cosas a la tercera calle y subir como 50 gradas, eso era de todos los días».
La madre de Rovelo vendía artículos de ferretería y ésta desde pequeña se sumó a las labores cargando cajas y trocos.
«La gente se asombraba de las fuerzas que yo tenía a los 11, 12, 13 años», explicó.
Con ese ritmo de vida logró terminar sus estudios escolares a los 11 años y medio, para luego pasar a su etapa de colegio en el Instituto Hibueras.
«Cuando usted pone a trabajar mucho a sus hijos ellos no le van a dar rendimiento, siempre llegaba tarde al colegio por mi responsabilidad de sacar el puesto y en el segundo parcial me sacaron con el pretexto que yo era maleta» señaló.
Con 14 años y con ganas de comerse el mundo la joven decidió estudiar en el Instituto de Formación Profesional (INFOP) en donde aprendió a costurar y confeccionar ropa.
Eso la impulsó a estudiar en la secundaria contra viento y marea.
Palabras duras que ayudaron
«Recuerdo las palabras de mi padrastro como si fuera ayer. ¿Qué vas a estudiar?, vos no servís para estudiar. El negativismo de él me hizo más fuerte a mí», recordó.
Un tanto grandecita (mayor), se matriculó en un centro educativo cercano a su casa y pasó primer curso cuando algo inesperado sucedió.
«Salí embarazada de mi hija mayor y con 20 años yo me dije, voy a seguir estudiando, ¿qué me impide esta panza? Solo me embarazaron pero seguí estudiando. Tuve a mi hija y la gente me decía no siga estudiando las niñas están muy pequeñas», contó.
Perseverancia
Rovelo con ese espíritu de perseverancia que la caracteriza, siguió estudiando y en ocasiones llevaba a sus hijas a clases hasta que en 2009 logró su sueño y se graduó del colegio. Posteriormente concibió a su tercer hijo.
Con dificultad logró ingresar a la Universidad, en la carrera que vendría a darle un increíble giro a su vida: el periodismo.
Al tiempo, cuatro años luchando con maestros que aceptarán la presencia de sus hijos en clases, logró graduarse y convertirse en periodista de Radio América.
Sus hijos
Con el ejemplo esta mujer determinada al éxito, imprimió en sus cuatro hijos el amor al estudio. Todos sus hijos son notables estudiantes.
La mayor Daniela Margarita Castillo Rovelo (19 años), se graduó y actualmente estudia en la universidad, representó a Honduras en México siendo seleccionada de Baloncesto en la selección Sub-15.
Por su parte Kimberlim Abigaíl Castillo Rovelo (16), está por graduarse de Contaduría y Finanzas. También representó a Honduras en México con la selección de Baloncesto Sub-14. Posteriormente la pequeña representó al país en todo Centroamérica.
Victor Emanuel Castillo Rovelo (13), comenzó a estudiar en un colegio en el sistema público de la ciudad pero el esfuerzo que heredó de su madre lo hizo alcanzar una beca en El Instituto Salesiano San Miguel en el que se desarrolla como un excelente deportista. También ligado al basketball.
Y el consentido de todos, el pequeño Anderson Jafet Castillo Rovelo, que siendo muy pequeño sueña estudiar inglés y sobresalir en una escuela bilingüe.
«Él estaba en un Kinder llamado 7ma Avenida y me dijo: Mami quiero aprender inglés. Insistió hasta que una vez me dijo: «Mami sacrificate poneme en una escuela bilingüe yo no te voy a defraudar y logré ponerlo».
Estela es una mujer de «armas tomar», que no se detuvo ante ninguna adversidad ni obstáculo.
La «negra» como cariñosamente le llaman en su trabajo y colonia, es una valiente que ha dedicado cada gota de sudor en su trabajo para criar a sus hijos, jóvenes promesas de este país.
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