Radio América. Orles Solís, del Comité Nacional de Prevención contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (Conaprev), dijo este lunes que es «urgente» que las autoridades penitenciarias del país procedan a separar a la población carcelaria de acuerdo a su grado de peligrosidad.
Esto después que el domingo dos reos murieran y once más resultaran heridos durante una reyerta en el centro penitenciario de máxima seguridad «La Tolva» o «Pozo II» recién construido en el municipio de Morocelí, El Paraíso, a unos 40 km al este de la capital.
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Los fallecidos fueron identificados como Rigoberto Milla y Carlos García Reyes. Las autoridades investigan para determinar el grado de participación de los demás reclusos.
«Hemos recomendado a las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario que es urgente continuar con el procedimiento de separar a los presos de acuerdo a la mínima, media y máxima peligrosidad», dijo Solís.
Agregó que esa separación debe ir a la par de tener espacios para la reinserción, educación y rehabilitación de los privados de libertad.
La población penitenciaria de Honduras oscila entre 20 mil personas en 25 cárceles y batallones.