Según un estudio publicado por The Lancet Psychiatry, la salud de los jóvenes que han sido víctimas del bullying puede empeorar una vez que llegan al final de la adolescencia.
El bullying es el nombre dado al acoso escolar. Se trata de un hostigamiento tanto físico como psicológico, que puede dejar profundas huellas y afectar las vidas de sus víctimas de forma permanente.
Es así como el acosado tiende a convertirse en una persona solitaria, depresiva y con profundos temores del ambiente que lo rodea. En los últimos años que ha visto un aumento alarmante de niños y adolescentes que prefieren quitarse la vida ante la presión, burla e intimidación de sus compañeros, por otro lado, las personas que llegan a superar esta etapa pueden presentar fuertes secuelas psicológicas a lo largo de sus vidas.
El acoso escolar puede determinar en varias categorías, las mismas son: bloqueo social, por ejemplo ignorar o prohibir al niño hablar, jugar o compartir con otras personas. Hostigamiento, acoso psicológico basado en el desprecio, burla y ridiculización. Coacción, obligar a la víctima a realizar ciertas acciones contra su voluntad. Manipulación social, distorsionar la imagen del niño con sus otros compañeros. Amenaza a la integridad, cuando comienzan las amenazas de lastimar físicamente al niño e inclusive a la familia de éste.
Las estadísticas indican que el mayor tipo de violencia que se da en los recintos escolares y gracias a la tecnología, también fuera de ellos es el abuso emocional.
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GRamirez