En entrevista en el centro de buceo Dive Balam, el investigador de la marina de EU, Scott Cassell, planteó lo anterior a las autoridades, pues dijo que esta especie es depredadora a la flora y …
Tras cuatro años de lucha contra la invasión del pez león en el Caribe mexicano y daños incalculables de esa especie depredadora a flora y fauna marina, el investigador de la Marina estadunidense, Scott Cassell, propuso a las autoridades usar tiburones toro, para combatir esa plaga, informó en entrevista en el centro de buceo Dive Balam.
Hace cinco años, en entrevista con MILENIO el ex delegado estatal de la Comisión Nacional de Zonas Protegidas, Alfredo Arellano Guillermo, advirtió de la irrupción en aguas de Quintana Roo del temible pez león, uno de los más feroces depredadores marinos, que ha devastado el hábitat submarino quintanarroense.
En enero de 2009 buzos de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas reportaron avistamientos del pez león en aguas de Cozumel y tres meses después en Cancún y la Riviera Maya. En mayo de 2010, el doctor Arellano Guillermo informó sobre una presencia importante de la especie en el Sur del Golfo de México, en el arrecife Alacranes.
Advirtió que son carnívoros, devoran peces, crustáceos y moluscos. Son increíblemente hábiles para adaptarse a consumir nuevas especies y afectan seriamente la cadena reproductiva marina.
En los últimos años, la incontenible proliferación del pez león en costas quintanarroenses ha generado daños colosales. Cuantificarlos resulta complejo, lo cierto en que esta especie implica una amenaza real y creciente a la ecología de la región a la que a causado daños irreversibles, de manera directa e indirecta.
Un reporte de biólogos de la Comisión de Áreas Protegidas indica que los daños se extienden a los arrecifes de coral –en donde devoran huevecillos y crías de especies que ahí se desarrollan–, pastos marinos y manglares.
El impacto devastador del pez león se produce a nivel ecológico y económico, al afectar a poblaciones de peces y crustáceos y perturbar el equilibrio del ecosistema y el volumen de pesca, indicaron los autores del trabajo.
«El potencial depredador del pez león es muy elevado por su índice escalofriante de reproducción y crecimiento, su avidez y capacidad de alimentación voraz y la falta de depredadores que les acoten.
La especie del pez león no tiene depredadores naturales en el Atlántico, es invasora, lo que representa una grave amenaza a la biodiversidad marina, industria pesquera y actividades económicas del turismo como buceo y pesca.
Este auténtico conquistador de mares —cuyo nombre científico es Pterois miles y Pterois volitans— se alimenta de más de 70 especies de importancia comercial y ambiental, entre peces, moluscos y crustáceos. Estudios locales hallaron en su estómago residuos de langosta, camarón, pargo, camarón limpiador de arrecifes y algas.
Un pez león puede devorar en solo cinco semanas, 80 por ciento de alevines —los peces más pequeños— de una colonia, lo cual implica disminuir en esa misma proporción el crecimiento de la especie.
Su rápida expansión se debe a su promiscuidad y capacidad reproductiva; en un año puede producir entre 1.5 a 2 millones de huevos; en menos de seis meses alcanza tallas de más de 20 centímetros y en poco tiempo es apto para reproducirse, explicó el biólogo Ricardo Gómez Lozano, exdirector del Parque Nacional de Arrecifes de Cozumel.
Esa rápida capacidad reproductiva hace crecer aceleradamente las colonias de pez león; Cozumel alberga 14 peces por hectárea en el Área Natural Protegida y fuera de esta, a 140 individuos, afirma el doctor Gómez, quien que México es hoy líder en conservación del pez león, al aplicar medidas de control muy intensivas.
Monitoreos en áreas naturales protegidas muestran cierta reducción, no significativa. Por ejemplo, el pez león afecta a la langosta y al mero, principales recursos pesqueros de la zona.
El pez león, especie invasora de las costas del mar Caribe, podría ser controlado con tiburones toro, los cuales se convertirían en su depredador principal, de acuerdo con un estudio de investigadores extranjeros y nacionales.
Ante las proporciones de los daños, las cooperativas pesqueras, y entidades oficiales que participan en un esfuerzo conjunto de combate con el centro de buceo Dive Balam, de Playa del Carmen, solicitaron la colaboración del especialista de la Marina estadunidense, Scott Cassell.
Este señaló que en 2014 un estudio de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, reveló que de noviembre a febrero los tiburones toro visitan costas del Caribe mexicano para reproducción y alimentación.
Señaló que en la costa de Playa del Carmen, en la Riviera Maya, durante la temporada de tiburón toro, las hembras llegan para alimentarse y dar a luz en los estuarios. En esas fechas disminuye la presencia del pez león en la zona.
El tiburón toro habita en Bolivia, en el Lago Cocibolca en Nicaragua, el Tortuguero en Costa Rica, el Ganges en la India y en México, su mayor concentración se registra en Baja California y Quintana Roo.
Scott Cassell es un veterano estudioso mundo submarino, y defensor del medio ambiente, asesor de medios como NatGeo, BBC, Disney Channel, Animal Planet, Discovery Channel y también History Channel.
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