Los mitos de las posturas sexuales y el embarazo

¿Hay evidencias científicas sobre que algunas posturas facilitan o dificultan el embarazo? BBC Mundo preguntó a dos especialistas. No se pierda sus respuestas.

Alrededor del sexo y el embarazo existen muchos mitos: uno es la supuesta existencia de posturas que favorecen o reducen las posibilidades de fecundación.

¿Hay algo de cierto en eso?
La cadena BBC Mundo pidió la opinión de dos especialistas y su respuesta fue que no hay datos científicos acerca de que la postura en la que se practica el coito pueda influir sobre las probabilidades de concebir.

«Más que las posturas, es más eficaz que el hombre observe 4-5 días de abstinencia con el fin de que la concentración de espermatozoides sea mayor y que la relación sexual se produzca en los días de máxima fertilidad en el ciclo de la mujer», explica Mariano Rosselló Gayá, andrólogo del Instituto de Medicina Sexual, en Madrid.

Sin embargo, algunos especialistas aconsejan a las mujeres que desean quedarse embarazadas que después del acto sexual permanezcan acostadas boca arriba durante unos 10 ó 15 minutos.

El objetivo del reposo sería que la ley de la gravedad ayude a los espermatozoides en su camino hacia las trompas de Falopio, donde deben encontrarse con el óvulo para que se produzca la concepción.

No obstante, Marian Chávez Guardado, directora médica del AMNIOS Invitro Project, Madrid, discrepa.

«Hasta la fecha, no existe ningún estudio científico que demuestre que las mujeres que permanecen tumbadas o con las piernas en alto tras el coito tengan más probabilidades de quedar embarazadas que las que no adoptan esta medida», afirma Chávez Guardado.

Por su parte, Rosselló Gayá considera que «a pesar de que no se ha podido demostrar científicamente que estas medidas pueden ser beneficiosas, estar tumbada propiciará el reposo y la calma postcoital».

Si seguimos la misma lógica, hacerlo de pie y mantenerse después en esa posición reduciría las posibilidades de que los espermatozoides lleguen hasta allí, por lo que las posiblidades de embarazo serían menores.

La doctora Chávez lo niega rotundamente: «Los espermatozoides tienen su propia movilidad que es independiente de la gravedad».
«Lo que verdaderamente importa es la concentración de espermatozoides con movilidad progresiva en el eyaculado, no la fuerza de la gravedad».
Los espermatozoides deben hacer un camino muy difícil de unos 20 centímetros para llegar hasta el final de su recorrido en la trompa de Falopio.

De entre los 39 y 300 millones que integran una eyaculación normal, según datos de la Organización Mundial de la Salud, menos de 10.000 llegan a las cercanías del óvulo, para que por fin uno de ellos lo pueda fecundar.

El riesgo de creer que practicar el coito de pie dificulta el embarazo está en llegar a considera esa postura como un método anticonceptivo.
«Como profesionales, debemos aconsejar medidas contraceptivas que estén respaldadas por evidencia científica como preservativos o la píldora anticonceptiva», dice Chávez.

Según los expertos existen otros hábitos y factores mucho más influyentes en la capacidad reproductiva de una pareja.
«Existen muchos factores que pueden influir en la capacidad reproductiva de una pareja, como por ejemplo la existencia de hábitos tóxicos, sobrepeso, uso concomitante de medicamentos, determinadas enfermedades de base, etc.», señala Chávez.

«Pero, a día de hoy, el factor que más dificulta el conseguir una gestación es la edad de la mujer, por el hecho de que la reserva ovárica (cantidad y calidad de los óvulos) va disminuyendo a medida que la mujer cumple años».

Por su parte, Gayá explica que es importante tener en cuenta la calidad de los espermatozoides del varón.

«Su morfología y movilidad también son importantes de cara a la contracepción. Se recomienda un estudio andrológico para descartar problemas en este sentido si el embarazo no se produce».
-sM