Los cines de antes, un viaje interminable…

La industria del cine mundial ha producido innumerables obras que nos han hecho vibrar e incluso visitar otros mundos a través de la imaginación, hoy es tan fácil poder ver cualquier tipo de películas, dispositivos móviles, televisión por cable, etc., pero eso es ahora, antes para poder ver una película el único medio posible era a través de las salas de cine.

El cine en Honduras se inicia en San Juancito, una comunidad minera que comenzó a desarrollarse después de 1880 y fue en esa década que se instalaron en esa comunidad la primer planta hidroeléctrica de Centroamérica, la primer embotelladora de refrescos, el primer consulado de los Estados Unidos en Honduras y la primer sala de cine que se llamó Teatro América que se supone también sería la primera de centro y sur américa.

Fue rascando el siglo XX que en diciembre de 1899 llegó el cine a Tegucigalpa, una ciudad que en ese entonces no contaba con luz eléctrica lo que obligó la instalación de un generador para poder echar a andar el proyector el que instalaron en una casa, los afortunados ciudadanos que por primera vez en sus vidas tendrían la oportunidad de ver películas en movimiento pagaron un peso plata para estar en primera linea, costo que no incluía la silla la que tuvieron que llevar consigo debido a que las bancas de madera instaladas estaban en la parte de atrás y eran insuficientes, justo en la parte posterior el costo era menor ya que los afortunados pagaron solo un tostón para mirar de lejos.

Así como se fue modernizando el cine también se fueron haciendo intentos para poner a funcionar salas y fue para 1928 que se abre el primer cinematógrafo en la capital a cargo del señor Eduardo Berlioz quien las exhibió en el Teatro Nacional y es por ello que en Tegucigalpa se decía “Ir al Teatro” en vez de ir al cine.

Teatro Clamer en la década de 1940
Teatro Clamer en la década de 1940
Ya para los años 30 se abren el Teatro Variedades, el Teatro Palace y el Teatro Clamer, edificaciones especializadas con dos y tres espacios generales, la luneta que estaba a nivel de piso, el palco localizado en un segundo piso y Galería que era el sitio más alejado y de menor costo.

Las estructuras eran regias y finamente decoradas, con telones que se corrían y paredes cubiertas con luces y alfombrados, incluso algunas salas contaban con espacio bajo tierra para la ubicación de orquestas así como la que tenía el Cine Presidente de Tegucigalpa localizado en el Barrio Guanacaste y el Centenario de Comayaguela donde además de películas se presentaban artistas de renombre como José José acompañados de conjuntos, bandas y orquestas, todo un espectáculo.

Fuente Honduras Is Great
Carlos Núñez