Joven abusado por un sacerdote en Colombia que le pide al Papa justicia.
Hoy es un hombre de algo más de 30 años, seguro de sí mismo y de sus ideas. Un profesional de hablar claro y amable. Alguien que finalmente, después de todo lo que pasó, está en pareja buscando construir una relación sólida.
Pero cuando tenía apenas 18 años, a comienzos de la década del 2000, fue víctima de una situación de abuso por parte de un sacerdote católico, algo que lo llevó a sumirse en la culpa y en una profunda confusión y represión.
Muchos años después, este colombiano le cuenta a BBC Mundo lo que le ocurrió. También le pide al papa Francisco, a quien ve con muy buenos ojos, y quien visitará Colombia entre el 6 y el 10 de septiembre, que haya justicia y severidad en contra de los miembros de la Iglesia que sean o hayan sido abusadores.
Este es su testimonio levemente editado. La mayor parte de los nombres de personas, lugares e instituciones han sido modificados u omitidos para preservar su identidad.
¿Te incomoda que mi mano esté ahí?
-No.
-¿Y si hago esto?- y sube y baja la mano-¿Qué sientes?
-Nada, no sé.
Yo estaba en shock, ya me sentía súper invadido en mi espacio personal, además porque yo nunca he sido de ser muy toquetón. A mí me costaba -ahora ya no tanto, pero en esa época mucho más- que alguien me abrazara, que alguien me estuviera tocando.
-¿Te incomoda?
-No.
Y el tipo seguía y seguía y seguía, el hijueputa.
-¿Qué sientes?
-Nada.
-¿Te gusta?
-Sí.
Lo siguiente que recuerdo es que dice: «¿Vamos a mi cuarto?». Él se levanta, me coge de la mano. Yo en verdad no recuerdo qué dije. Había un corredor en su propio escritorio, yo juraba que era el corredor del baño, pero por ese corredor llegabas al cuarto que estaba ahí. Entonces yo me siento al borde de la cama, él se sienta al borde de la cama.
Yo estaba muy nervioso, estaba temblando.
Y me sigue consintiendo las piernas. No recuerdo qué vino después. Sé que me besó, no me besó en la boca, me besó en las orejas, en los hombros. No recuerdo cómo me desvistió, no recuerdo cómo fue ese momento. Pero sí recuerdo ya estar los dos desnudos.
Yo no sabía qué hacer.
Para mí era estar desnudo con alguien, algo que siempre había querido hacer por un tema de descubrimiento sexual, para hacer cosas, pero yo no sabía qué hacer. Igual él lideraba todo:
-Acuéstate.
Nos acostamos.
Para mí había algo que era fuerte, y es como lo recuerdo en mi cabeza, y es que yo nunca pensé que el pene de otra persona fuera así. Esto es raro contarlo, pero yo lo recuerdo como un pene muy llamativo, su tamaño o todo. Y yo trataba de jugar, trataba de hacer cosas, pero no sabía qué hacer.
No sé cuánto tiempo pasó, perdí la noción del tiempo. Hubo un jugueteo sexual. Yo como que yo no hacía nada. Yo creo que el tipo se aburrió, es mi teoría, porque lo siguiente que tengo clarísimo es que él me dice: «Vamos al baño y nos masturbamos». Yo no sé si él estaba esperando que hiciera más cosas, no sé.
Fuimos al baño, nos masturbamos. Yo me vestí, creo que él se visitó también y nada, me fui a mi cuarto.
Pero fue una mierda!
«Para mí salir del cuarto de este man fue como si el mundo se me cayera encima. Además era salir del cuarto en el seminario, con sus largos corredores y ocho mil puertas, yo estaba como en uno de los últimos cuartos. Ya era muy noche y mi cuarto estaba en la misma ala que el de él. Fui hacia mi cuarto, no me quería encontrar con nadie de mis amigos. Cuando llegué lo primero que hice fue echar candado a mi cuarto.
Me sentía mal.»
Yo creo que lo importante es pedirle al Papa que haya justicia, ya que mundialmente hay muchos casos de abuso de autoridad, de abuso sexual, de manipulación, también abuso psicológico que no se deben permitir dentro de la Iglesia, porque se supone que es una institución donde la bondad es lo más importante, la fe, la ayuda a los demás, el amor al prójimo.
Pero creo que una minoría de quienes lo profesan no son fieles a eso, entonces que haya justicia, que haya severidad, que no sea condescendiente con quienes hayan abusado.
En todo caso, al Papa yo lo veo mejor (que como eran las cosas antes). Es que cambiar una Iglesia tan goda y tan grande es algo que no puedes hacer de un día para otro. Hay algo que para mí ha sido muy especial de este Papa y es que es un Papa jesuita. A mí los jesuitas me educaron en la universidad y creo que me educaron de una forma íntegra, y me gusta la formación que recibí de ellos.
Entonces para mí el Papa es alguien que sé que está tirando hacia afuera y creo que es coherente, creo que él quisiera cambiar muchas más cosas, pero también creo que es un estratega político y si llega a hacer eso de un día para el otro se te va la otra mitad.
Creo que el Papa sí ha hecho cosas buenas. Hay un par de jesuitas que quiero mucho, que se dedican a las comunidades. Yo hoy descubro que ese fue mi sueño, la razón por la que siempre quise ser cura: dedicarme yo a los otros. Creo que el papa Francisco va en esa línea.
En la actualidad nuestro protagonista menciona que «dan ganas de volver a intentar ser cura» pero que por ahora prefiere disfrutar de su pareja y de su libertad.
«Mi novio me ha hecho esa pregunta. Dejé el tema ahí, porque ahora estoy en una relación y la estoy construyendo. Pero creo que a futuro, y porque conozco jesuitas que han entrado a ser jesuitas a los 40 años, podría ser viable si descubro que lo mío no es estar con alguien, siendo honestos, no creo que me vaya a interesar ser sacerdote» finalizó.
Con Información de BBC Mundo.