Infecciones: Por Olban Valladares

La semana pasada tuvimos la oportunísima visita, en el Hospital Escuela Universitario, de tres figuras relevantes en el mundo de la investigación médica quienes impartieron valiosa La semana pasada tuvimos la oportunísima visita, en el Hospital Escuela
Universitario, de tres figuras relevantes en el mundo de la investigación médica
quienes impartieron valiosas conferencias sobre las infecciones que afectan a
nuestros pueblos y, sobre todo, sobre la preocupante resistencia que las bacterias
han ido desarrollando frente a los antibióticos convencionales; entre otras causas, por el indiscriminado uso que el pueblo da a los medicamentos por automedicarse.

Es como que una gripe común se trate, sin supervisión profesional, con
penicilina.

Nos visitaron los doctores Miguel Ángel Sierra Hoffman, joven compatriota
hondureño de alto calibre académico, el doctor Allan Howell y su esposa, Dra.
Martha Howell, ambos profesionales destacadísimos en el Estado de Texas y
reconocidos en todos los Estados Unidos por sus logros investigativos en materia
de infecciones bacterianas y sobre la teoría de la mejoría de la educación médica,
respectivamente.

Lo más importante, sin embargo, es que están explorando el ambiente en
Honduras para desarrollar un programa de intercambio estudiantil y profesional,
a nivel de Postgrado, para que jóvenes hondureños se empapen en Estados
Unidos de los nuevos descubrimientos en el combate a las infecciones.

El proyecto se emprenderá bajo el patrocinio de Baylor Scott & White, una red de
asistencia médica de enorme prestigio; lo difícil es que competimos por este
proyecto con Argentina, México, Guatemala y Belice, y dependerá entonces de las
autoridades sanitarias hondureñas y del interés que demuestren en relación con
esta magnífica oportunidad de intercambio.

Ojalá que no se cumpla en esta ocasión aquel axioma que dice que “aquí en
Honduras, hasta para regalarle al Estado hay problemas”.

El primer paso ya está dado, la impresión que llevan del Decano de Medicina es
muy buena, tenía que ser científico e investigador el doctor Medina para estar en
misa; por lo demás, la gente, el paisaje, las instalaciones, etc., se ganaron un diez.

Por Olban Valladares