El cayado de Moisés…

Por: Jonathan Roussel

Vivimos en una ciudad que tiene las más grandes necesidades y que todo lo resuelve gritando “adelante selección”. Aquí los espejitos y las baratijas están dispuestos para todo tema y ocasión.

La ciudad no tiene agua corriente, ni alcantarillas, pero tiene calles de dos pisos y unas grandes zompoperas  pomposamente llamadas túneles.
El problema del agua no puede ser resuelto a corto plazo. Esa solución necesita mucho tiempo. El ilusionista contratado piensa solo en pases mágicos con el agua de Nacaome o del Lago de Yojoa. Nada real y no se da cuenta de la prisa que se tiene.

La ciudad es abastecida por cinco fuentes. Todas en franca decadencia. Entre todas  solo suplen el 50 por ciento de las necesidades.
Sabacuante, La Concepción, Guacerique, La Tigra y San Juancito hace mucho tiempo que no funcionan con toda su capacidad.

Y en el caso del sistema de aguas lluvias y negras este está totalmente colapsado. Y “todo” queda encima de  calles y solares de los barrios marginales. Insalubridad  total. O termina sin tratamiento en el río. Y no sabemos ni nos enseñan cómo recoger agua de lluvia.

Algo más grave se nos quedaba en el sombrero del mago Moncada. Las tuberías para distribuir el agua corriente no cubren  ni la mitad de la ciudad.
Entonces, otra vez volvemos a cambiar cosas útiles por baratijas, espejitos e ilusiones.

Les contaré una maravillosa historia bíblica.

El pueblo de Dios había viajado por 30 años buscando la tierra prometida. No había agua y padecían ellos y sus animalitos. Dios llamó a los hermanos Moisés y Aarón  y les dijo: con el cayado de Moisés golpeen dos veces esa piedra  y brotará agua en abundancia. Y así fue.

No parece posible que Dios llame a los primos Tito y Roberto para que resuelvan el problema. Estos no creen y además son de otro pueblo. No  tenemos agua pero tenemos calles de dos pisos. No hay ninguna obra en los barrios, colonias y aldeas pero sí hay grandes zompoperas. No descartemos la verdad: cada casa que se construye significa un poco menos de agua para todos.

Hay dos posibles soluciones. Reconstruir Sabacuante y reparar la distribución o construir una represa nueva en el Río del Hombre. Y no hay más.
Esto es bastante dinero y mucho tiempo y es más    fácil hacer otra zompopera.