¿Has escuchado esa frase? Es comúnmente utilizada para referirse a algo que no te parece que se haga. Pero ¿de dónde salió?
Pues, según cuentan, surgió de una época de crisis en la antigua España. Pero vayámonos por partes, para entender esto es necesario que sepas que para finales del siglo XVIII y principios del XIX casi todos los alimentos de la canasta básica se conseguían pagando con una moneda llamada “realillo”.
Esta moneda equivalía a ocho cuartos de peseta, bueno o así le llamaban en vez de decir dos pesetas, ¿dato curioso verdad?
En fin, el punto es que todo costaba ocho cuartos de peseta. Pero entonces llegaron los tiempos de escasez y con ello el alza de precios y el descontento de la gente.
La leyenda es que alguien dijo: “Qué 3 pesetas, ni qué ocho cuartos”. La frase se popularizó y se extendió a las colonias bajo la corona española.
Y hasta ahora sigue vigente, bueno en algunos lugares o ¿tú qué dices?
-sM