Cada nueva denuncia de acoso y abuso sexual provoca un terremoto. Al escucharla, otras mujeres echan la vista atrás y recuerdan una violencia que durante años silenciaron e intentaron olvidar. Pasó con el poderoso productor estadounidense Harvey Weinstein, denunciado por cientos de actrices de Hollywood. En Argentina, se repitió con el actor y cantante Juan Darthés.
Primero lo denunció la actriz Calu Rivero, después sus colegas Natalia Juncos y Ana Coacci. Hoy, arropada por decenas de intérpretes en un acto colectivo, Thelma Fardín ha hecho pública una denuncia contra Darthés por presunta violación. Estaban de gira en Nicaragua. Ella tenía 16 años, él 45.
«Durante nueve años lo anulé para poder seguir adelante. Hasta que hace unos meses escuché a otra chica acusar a la misma persona. Fue un cachetazo para mí», narró Fardín entre lágrimas en un vídeo emitido esta tarde durante una conferencia de prensa del colectivo Actrices argentinas.
La actriz recordó que una noche de 2009, cuando estaban de gira con el programa infantil Patito Feo, Darthés comenzó a besarle el cuello a pesar de que ella le pedía que no lo hiciera. «Me agarró la mano y me dijo ‘mirá cómo me ponés’ haciéndome sentir su erección. Yo le seguía diciendo que no», continuó. Después la lanzó en la cama, le practicó sexo oral y se subió sobre ella para penetrarla a pesar de sus múltiples negativas, según su testimonio.
La actriz anunció que ha radicado la denuncia penal en Nicaragua, lugar donde presuntamente ocurrieron los hechos. No descarta pedir también la colaboración o la intervención de la Justicia argentina.
La acusación de Fardín es la más grave de las conocidas hasta el momento dentro del ámbito de la actuación en Argentina, pero no es un caso aislado. Según una en cuesta reciente de SAGAI, el 66% de las intérpretes afirmó haber sido víctima de algún tipo de acoso o abuso sexual en el ejercicio de la profesión. «Se parece más a una norma que a una excepción», denunció el colectivo Actrices Argentinas en un texto leído de forma colectiva. «¿A quién vamos a denunciar? ¿Al jefe de casting, al dueño de la productora, al director de la obra o película, al maestro de teatro?», se cuestionaron.
«Es sabido que este es un fenómeno que ha sacudido internacionalmente a la industria del espectáculo y es funcional a ella. Hoy decimos Basta. Escúchennos, el tiempo de la impunidad para los abusadores debe terminar», remarcaron, entre los aplausos de un auditorio colmado.
Una de las actrices presentes fue Cecilia Roth, que meses atrás confesó por primera vez que había sido abusada sexualmente por un periodista español. «A mí me violaron en España. Viví una situación así en Madrid. Pero fue tan fuerte que lo negué durante mucho tiempo. Sucedió hace muchos años, tantos que no me acuerdo del nombre de la persona», aseguró a EL PAÍS en una entrevista el mes pasado.
Roth compartió rodaje en la miniserie televisiva Historia de un clan con Rita Pauls y percibió el acoso que sufría su compañera por parte del veterano actor Tristán Díaz Ocampo. «Me decía cosas al oído asquerosas, muy vulgares sobre los dos, susurradas y totalmente fuera del guion, como ‘te voy a hacer tal cosa…», contó Pauls, de 24 años. «La realidad es que en ese momento, previo al MeToo, el director no hizo otra cosa que matar a ese personaje masculino en el capítulo siete. No hubo otra forma de librarse de él», señaló Roth sobre la situación de acoso padecida por su colega.
Una de las primeras actrices en romper el silencio fue Calu Rivero. La actriz, de 31 años, acusó de acoso a Juan Darthés, su excompañero de reparto en la telenovela Dulce amor. «Yo estaba en mi lugar de trabajo, era mi primer protagónico, el mejor momento de mi carrera.
Allí, en un set de grabación, bajo el ojo de la cámara, empezaron sus excesos inapropiados, que no eran parte del guion», contó a la revista Hola la actriz sobre el presunto acoso que sufrió en 2012. Darthés negó la acusación y denunció a Rivero ante la justicia por daños y perjuicios.
La convocatoria del colectivo Actrices Argentinas, que reúne a 400 de ellas, fue una de las tendencias del día en las redes sociales bajo la etiqueta #MeToo. El debate dejó en evidencia por qué a las argentinas les ha costado tanto hablar: numerosos usuarios de Twitter las han insultado, se han burlado de ellas y les han echado en cara su compromiso con otras banderas del feminismo, como la legalización del aborto. Otros se alegran de que no vayan a callarse más.
«Frente al ‘mirá como me ponés’, nosotras decimos ‘Mirá como nos ponemos’. Nos ponemos fuertes, unidas frente a tu violencia y tu impunidad. Estamos juntas. Que se haga justicia por nuestra compañera y por todes. Esto recién empieza», concluyeron las actrices.
Fuente Diario El País.
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