2018, otra quimera

2018, otra quimera:

Quimera: creación imaginaria que se toma como real, siendo ilusoria, vana, casi
imposible de conseguir. Pasado negativo, futuro incierto, dualidad
patognomónica que nos identifica. Nunca aprendimos. El 2017 se fue repleto de
esperanzas, pobreza política, violencia, vandalismo, soberbia, ambición,
corrupción impune, egolatría y narcisismo.

El gobierno debe gobernarse para que nos gobierne bien. Será difícil, apelamos a
escoger menos y mejores funcionarios. Principio de Peter. No incapaces
corruptos impunes. Solo el cambio cambia. La juventud preparada es ignorada.
El gobierno induce, la empresa privada conduce y el ciudadano produce.
Entonces. La ley no respeta ni se respeta. Así jamás cambiaremos. Demostremos
capacidad, probidad y honor para lograr la prosperidad merecida.

No al poder egocéntrico en este intento de democracia. Si sabemos, podemos y
debemos ejecutar para tener una mejor patria. Sin conformismos.
Pasemos de ser simples espectadores a tener protagonismo, hay que pensar y
discernir para disentir y contribuir. Con tanto que hacer y siempre empezamos
tarde, por eso abundamos en tristeza, pobreza, miseria, insalubridad, ignorancia,
incomunicación, corrupción e impunidad. Irresponsables.

“Las únicas dudas que caben en esta materia son las de aquellos que al verse al
espejo no se entienden a sí mismos, o que hipócritamente bajo el velo de la
impunidad quieren detener el camino del combate contra la corrupción y la
impunidad” Comunicado de la Cancillería hondureña. Enero 2016. ¿Camino,
combate contra corrupción? Cuanta corrupción coludida. Cinismo. Los
delincuentes asignados, designados, privados y públicos abusan en libertad
incondicional en lugar de ser juzgados, sentenciados y encarcelados,
recuperando lo robado.
La justicia por garante de impunidad es vergüenza nacional que ofende.
“Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca perder la infinita esperanza”
M. Luther King. Estamos derrotados de inicio entre el fuego cruzado sin cese de
sujetos a cárcel harto conocidos por cínicos, corruptos, ignorantes, sacrílegos,
farsantes, hipócritas y payasos sin oficio, escrúpulos ni propósitos, que no hacen
ni dejan hacer al que puede y sabe. No hay patria que nos una. La masacramos
violentando a la autoridad que no impone orden. Inaceptable.

“Los sueños son el espíritu de la realidad con las formas de la mentira” G. A.
Bécquer.

Por ese mutismo tolerante ante la decadente política simplista y estúpida
perdimos el 2017 con un rayado populismo de poco seso y mucha lengua. El
anarquista impune lució sus artimañas para intervenir a favor de uno y en contra
de otro dando cátedra de terrorismo justificando conocer y haber practicado
“más de mil formas de hacer fraude”. Mañoso antidemócrata declarado. Libre. La
psicopatía y la paranoia en alianza y el rector de la vergonzosa derrota liberal
insisten en cercenar la fraternidad nacional.

Nasralla llama “dictador, corrupto, narcotraficante y asesino” al gobernante sin
aportar pruebas e incita a dar la vida por su delirio patológico. Temeridad sin
castigo. Incomprensible tolerancia. Tengo más tristezas que alegrías por esta
Honduras nuestra de todos los días. Sueño y deseo reflexiones, correcciones y
reconciliaciones, pero seguro tendremos decepciones, reclamaciones y
especulaciones. 2018 será otra quimera.